Valderrama, un cafetero de apodo argentino y estilo europeo.

Una melena amarilla, con rizos de oro. Pero sus cabellos no eran lo único que brillaba. Verlo con una pelota en los pies era un deleite, como comer caviar. Deslumbraba con sus movimientos como un buen bailarín lo hace en la pista. Sus pases precisos, como una operación matemática. De apodo argentino, de estilo europeo, pero de corazón cafetero.